jueves, 4 de noviembre de 2010

Frío

Esta calída sensación en mis huesos me indica que una vez más, el invierno esta próximo. El contraste entre mi génetica y misteriosa sangre siempre caliente con el arremoliante viento a mi alrededor generan una especie de vapor interno que siempre eh encontrado muy agradable. Aunque por supuesto, uno nunca puede permanecer todo el tiempo en aquel frío o hasta esta inusual hemoglobina se puede congelar; con consecuencias desagradables.

Siempre me ah tocado asociar el frío con el calor, como todo en mi vida de contrastes. Quizás sea porque las bajas temperaturas suelen implicar buscar fuentes de calor, y no hay ninguna mejor que el calor humano.

Y, por hallá siempre hace frío. Y en mi infancia pude encontrar a mis padres y a varias cobijas, y fuego en la chimenea (sí, alguna vez tuve chimenea), y en mi adolescencia los brazos y las cobijas de ella, repletas de su hechizante aroma. Que pintorescas, cursis e irreales son las escenas del pasado cuando se les ve en el futuro.

Y sin embargo, ahora no las puedo ver de otra forma.

Actualmente, me conformo con el fuego y el humo del cigarro; el sofocante zumbido del CPU, y el ardor de una batalla intergalatica en la pantalla. No quedan muchas fuentes de calor, más que mi propia sangre, que debe trabajar horas extra.

Pero la sensación de vapor que esta genera, evoca aquellas otras épocas de heladas. Y por esto mismo agradezco la tibieza que trae el frío, aunque todo arda sin calor a mi alrededor.

Casi es invierno, de nuevo, y por eso me ataca esta infantil nostalgia. El año muere de nuevo, y si el frío reconforta suficiente, quizás renazca...

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