martes, 19 de febrero de 2013

The Firemind Pt 2

- Planeswalker?

Sin saberlo en aquel momento, esa palabra fue la que me arrastró hasta estos confines del multiuniverso, apenas visitados y catalogados por otros Hairos.

La guerra continuaba intensa en aquellos universos cercanos al "Borde del espejo" y por supuesto, todo Hairo y Hairinette lechuza había sido reclutado, tanto para servir al Hairo Absoluto, cómo para asegurarse de que Nigerrousa no los encontrara. Los ojos de la lechuza, la visión absoluta de todas las capas de la realidad, había sido siempre una habilidad tremendamente valiosa para cualquiera a lo largo del multiuniverso, y de caer aquellos que la poseían, el Hairo Absoluto quedaría prácticamente cegado. Se nos ofreció protección a cambio de servicio, y sabiendo las habilidades de la rosa negra, la gran mayoría de Lechuzas aceptó, incluyéndome.

Pero la guerra resulta tan banal y aburrida para aquellas mentes despiertas, aquellas mentes que podían ver por encima de ella, que muchas lechuzas se aburrían rápidamente de servir simplemente cómo cámaras de vigilancia para el Absoluto. Algunas, cegadas por su propio ego, se lanzaban a Nigerrousa intentando analizarla y comprenderla. De más está decir que estos caían al instante al intentar sujetar aunque sea por un instante, aquello que era infinito. Otros pocos, recurrían a métodos más drásticos para mantener ocupada su mente sin exponerla. Investigaciones y experimentos de guerra de dudosa ética y resultados. La mayoría de estos fueron expulsados de las fuerzas del Absoluto y ahora vagan por el multiverso, ocultándose tanto de aliados cómo de enemigos.

Cuando mi propia mente y mis propios ojos comenzaron a flaquear presa de la ociosidad, sabía que tenía que buscar alguna alternativa nueva y no explorada por otras lechuzas para no caer en el mismo resultado. Estaba harta de la guerra, por su puesto, pero no podía alejarme de ella. Mejor dicho, no podía salir del ala protectora del Absoluto, que estaba terriblemente obsesionado con Nigerrousa. Tenía que buscar una salida que no me comprometiera.

Fue allí, casi por algún azar favorable del destino, que noté la presencia de demonios entre las filas de Nigerrousa. Subyugaban fácilmente fuerzas de Hairos, y resultaban una poderosa desventaja estratégica ya que debido a nuestra naturaleza no teníamos una respuesta del todo apropiada contra ellos.

Me ofrecí a investigar una forma de combatirlos, junto a unas cuantas otras lechuzas que tuvieron la idea a la vez.  El Absoluto dio su permiso, y todos partimos. Sin embargo, mientras que la mayoría de las otras lechuzas se encerraron en sus laboratorios y talleres, yo elegí otro acercamiento al problema.

El multiuniverso es basto, terriblemente basto, y en alguna parte, alguien debe haber encontrado la solución. Para alguien, en algún lugar, un demonio no debe ser más peligroso que un perro hambriento o menos. De modo que hice lo más básico para todo Hairo y Harinette: vague. viaje, me volví una nómada por el multiuniverso, me interné más y más en este, alejándome en lo posible del nodo central de la guerra, del borde del espejo, de las armadas de Hairos contra Nigerrousas, intenté recuperar la escencia de todo Hairo de ir y conocer, experimentar en carne propia.

Después de algunos años, llegué a cierta sección del multi-universo con una baja cantidad prescencia de Hairos. Tan sólo uno o dos por mundo. Se hablaba de la guerra, pero no cómo algo constante o presente, sino cómo una noticia lejana, cada mundo tenía sus propios conflictos que atender aún sin la atención completa de los dos Absolutos. Estaba lo más lejos posible del conflicto, y por tanto, de áreas registradas hasta el cansancio por Hairos. Por fin podía comenzar mi investigación.

Me asenté en esta zona del multiuniverso, quedé inmersa en su historia, sus rumores; cualquier cosa que me diera algún tipo de pista con la cuál trabajar. Me involucré en sus conflictos y leyendas. Y fue entonces, que escuché el termino...

- Entonces... ¿eres una planeswalker?