viernes, 9 de marzo de 2012

Holder of the Black Rose.

 En cualquier ciudad, de cualquier país, dirígete a cualquier institución mental  o casa a mitad del camino en la que puedas entrar. Cuando llegues al escritorio principal, pregunta al encargado por alguien que se hace llamar "The Holder of the Black Rose". La persona sonreirá casi al instante, y quizás incluso empiece a reír. No será una risa placentera en absoluto, por la expresión en el borde de sus ojos, sabrás que para el o ella tampoco lo es, es una risa que esconde un profundo remordimiento. Sin embargo, sujetará tu mano y te llevará al instante de manera febril, hacía uno de los cuartos. Al abrir la puerta te encontrarás simplemente con una usual habitación del lugar, frente a un espejo hay una niña de largo cabello negro. No mires su reflejo, pues toma como verdadera ofensa que alguien intente averiguar su verdadero rostro. En el instante en que tus ojos se posen en el cristal, no tendrás ninguna opción de escapatoria.

 Concéntrate en su cabello negro. Ella tomará el cepillo más cercano y comenzara a peinarse. Intentará hacerte plática casualmente, como si aquello fuese en verdad tan sólo una normal visita al hospital. Te tratará como un viejo amante, o cómo un profesor anticuado, describirá detalles tremendamente íntimos de tu vida, te hablara de tu infancia, de la forma en que tuviste sexo con ella aunque jamás la hayas tocado, de tus pensamientos, de tu pasado, de tus creencias. Discernirá cómo charla de la tarde todo lo que es tu vida.

 Si cedes a tus palabras acabarás en una excitación insoportable, o en una ira igual de terrible. Querrás cumplir sus palabras, querrás tener sexo con ella de las formas obscenas que describe, o arrancarle hasta el más mínimo centímetro de piel por las ofensas que tan tranquilamente suelta. Cualquier forma de agresión te revelará la verdadera forma del cuarto y de ella, aunque será demasiado tarde. Tu alma quedará para su abono por toda la eternidad.

 Tampoco es sabio dejar el cuarto si ella te desespera. Podrás seguir con vida, pero será una vida atormentada, la verás en cada reflejo, la verás observándote desde la oscuridad, la verás en tus ojos por las mañanas. Eventualmente, y echo tan sólo una sombra y una miseria humana, te entregarás a ella como todos los demás.

 Si lograste enfocarte tan sólo en el cabello, si ninguna de sus tentaciones logró moverte, finalmente entraras a la zona que te lleva al objeto. El cabello que enfocas se transformará en zarzas al movimiento del cepillo. Cuando notes que entre las hebras negras aparece fijamente una mirada, parpadea y entrarás verdaderamente en su reino. El cuarto se ah desecho y te encuentras inmerso en la oscuridad de raíces negras. En el suelo hay cientos de cuerpos nutriendolas. Los gritos de agonía que emitan se mezclaran con sus gemidos de éxtasis. Entre ellos, hay muchísima gente que conoces, tu madre, tu padre, gente que admiras, gente que sigues. No son sólo Seekers, ni gente fallecida los que acaban aquí. Incluso tu, aun después de obtener el objeto, podrías quedar atrapado. No dejes que sus balbuceos te distraigan. Evade el contacto visual, o te arrastraran al suelo, donde ellos, y no ella, se encargaran de hacerte experimentar las espinas del infierno. Tampoco mires la espinas de las raíces si hay por allí alguna, a pesar de que su brillo y maravillosa belleza te cautivara a contemplarlos. Concéntrate nuevamente en el negro y emite firmemente tu pregunta "¿Que es aquello que los nutre?" De nuevo notarás otra transformación en el tallo negro, pues se volverá carne. Frente a ti, a centímetros de tu rostro aparecerá ella. No grites, ven mentalmente preparado, o su sola mirada arrancara de golpe tu cordura, y te obligará a destruirte a ti mismo, en búsqueda de alivio. No entenderás su mirada, ni lo intentes. Debes ser fuerte. Si lo haces, ella te describirá  la naturaleza humana, sus oscuros motivos, sus mas sucios secretos. Sentirás asco de llamarte a ti mismo "Ser Humano" cuando ella te cuente la verdad tras todo lo que te motiva, tras todo lo que en verdad eres. De nuevo, mantén la fuerza; pues en el momento en que el peso de tu propio ser se haga mayor, cuando estés a punto de rechazarte a ti mismo; ella te enterrara su rama, que durante toda su plática se ah ido acercando más y más a tu cráneo.

 Si por algún milagro aún mantienes una pizca de amor propio y por tanto, tu vida, cuando después de horas, ella concluya, responde "Que belleza" y cierra los ojos una vez más para evadir su sonrisa.

 La Zarza es el objeto 1423 de 2538, extiende sus raíces por las seres que le pertenecen, y siempre busca, crecer más...

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