sábado, 28 de enero de 2012

¿Porque juego?

 Es la pregunta que le cae a todo duelista a partir de cierta edad. Especialmente aquellos que no hacen esto "profesionalmente"; termino que le queda grandisimo a un juego de cartas,así que simplemente digamos que a aquellos que nunca han caído en la estandarizacion y mecanización del "meta-game" como yo, y sin embargo, siguen jugando con el entusiasmo con el que abrí mi primer Structure Deck (dragons Roar, Btw)

En mi caso, además de la evidente diversión, de la adrenalina del enfrentamiento mental (ustedes saben, la forma en que me fascinan las batallas de ingenio y estrategia), el duelo se ah vuelto una forma de expresión. El estilo de juego que elegí, las cartas que conforman mi deck, de forma gradual y casi imperceptible pasaron a reflejar mi propia forma de ser con el paso del tiempo. En estos momentos no sé si inconscientemente elegí aquellas cartas que me representaran, o simplemente acabé por asignarles este valor con el tiempo. Muy al estilo serie animada y corazón de las cartas, el lazo que tengo con esta baraja es tan cercano, que ahora al jugar, dependiendo de las cartas que caigan puedo expresar un mensaje de quién soy. En aocasiones Algo de mi se pone en la mesa de juego, que va más halla de cartón pintado. Por esto el duelo es de mis formas más preciadas de extenderme en mi realidad, de estirar mis muchas cosmogonías.


 Los cyberdarks son mis principales herramientas de expresión, y por increíble que parezca, me extraña que no se hayan aparecido antes por aquí. Básicamente son máquinas cibernéticas de alta tecnología que precisan revivir dragones  mitológicos para rendir a su máximo. Son casi una extensión de mi estilo de escritura y creación, son ese constante contraste entre el yo que se la vive entre Internet, gaming y consumismos varios (la máquina) pero buscando en ello cierta profundidad que no debería estar allí pero igual aparece, cierta filosofía, cierta ternura, cierta magia aparece en el corazón de la máquina, se hace evidente la presencia del pequeño dragón, ya fallecido, pero que logra existir, a través de aquellos cables que le deberían ser tan ajenos, pero en vez de eso, lo potencializan aún más. No es un dragon construido de metal, es un dragon acoplándose a una maquina, porque esta lo necesita. Un corazón de literato en lo profundo de un cuerpo de tech geek. Los cyberdarks se relacionan con mi instinto de creación, y por ello son los haces de mi deck, Keel mi mano izquierda (indirecta, capaz de hacer daño aun al romperse a si misma) Horn mi mano derecha (poder para hacer, traspasar) y Edge, mis alas que tantas victorias me han dado, ignorando por completo lo que el oponente ponga en juego, y avanzado raudo y directo hacía el verdadero objetivo que los demás monstruos no ven.

 Desde luego, todo esto es sólo un juego más de escritura, y otra de mis visiones de profundidad donde no debería haber... pero puede volverse recurrente, solo uso dos copias de cada cyberdark, así que aún quedan 34 cartas mas 15 de extra deck de las cuáles poder hablar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario