miércoles, 25 de enero de 2012

The Burning

El primer impacto de vida, la sensación de vertigo que da el repentinamente tomar tu primer bocanada de aire, saltar a la vida por primera vez y dejar correr el fuego de tus venas, siempre el fuego. 

Nací en ese momento a partir del fuego, me volví el ardor mismo que quemó todo lo que había sido antes, la fuerza imparable capaz de consumir el mundo, el super hombre sin limites. Mi vida anterior, mis anteriores convicciones, mis deseos y ambiciones, simplemente desaparecieron en el acto. No quedó nada más, que el fuego, y los aullidos a la luz de la luna. 

Nadie esta del todo seguro que lo llevo a aquel lugar, que lo hizo querer consumir mi vida, para dotarme de una nueva existencia. Quizás fueran simples celos, una forma de venganza a broma macabra entre ellos dos, decirle que el también podía jugar el juego e infiltrarse en la oscuridad del bosque, hacer arder las rosas que florecían y declarar su siempre obvia omnipotencia y omniprescencia. O Quizás en verdad buscaba obtener algo en aquella quema, tal cómo lo que ella buscaba al hacer florecer las llamas. 

Sonrió y me abrazó, tal como es de esperarse de un padre a su hijo, buscando entregarme a la vida recién concedida. Vive y observa, me dijo; antes de desaparecer en los mantos de la noche, entregando aquel bosque, y aquel mundo, a mi disposcición, cada rama y cada roca dandome la bienvenida, principe regresando a una tierra olvidada. 

El Operador sin rostro, observó a la distancia cómo comenzaba mi viaje y mi libertad, cómo se manifestaba un nuevo amo para las que creía sus tierras...

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