miércoles, 20 de octubre de 2010

Efimero

Cuando era aun mas joven y aun mas ingenuo, creìa en la eternidad de las cosas. Màs que nada en la inmutabilidad de ciertos conceptos, despuès de todo, cuando somos mas jovenes se nos intenta inculcar para bien o para mal que el mundo es blanco y negro, y fui de los que se tragaron la patraña en su momento.

Crecì, escudè y vertì lo que consideraba "negro" en Kurai, delirio ezquisoide propio de un pre-pubescente otaku.

Crecì un poco mas y unifiquè a Hairo, y aun hoy en dia sigue siendo una buena vertiente de un super-yo o quizas de un ello el vago gris.

Sin embargo, a pesar de que acepte la vaguedad de los objetivos en el, mi mente aun se aferraba a la incongruente concepcion de una eternidad, de cosas que simplemente deberian "durar para siempre". Jamas solte el miedo de estar a la deriva en el tiempo, contradiciendo al propio Hairo, jamas me atrevì a concebir que no existe semejante significado innato y eterno en las vidas.

Por muchos años, admito que aun hoy en dia, admire y aspire a ser como los griegos, que buscaron tocar la eternidad con unos segundos de gloria; con una idea o un echo tan magnifico, que el tiempo simplemente no pudiese tocarlos, que se mantuviesen siempre presentes. La vida, para mi al menos, no merecia ser vivida sin este chispazo de divinidad. Que por cierto, aun no siento que llegue, y quizàs no lo haga nunca, como no lo hace nunca en la vida de millones de fulanos cuya memoria no sobrevive a mas de 4 generaciones.

En otras palabras, Hairo calmaba mi miedo al infierno y al cielo, mi miedo a tener que dar respuestas quizàs; pero definitivamente no calmaba mi miedo a la vaguedad, a la historia sin metafora, sin impacto. Despuès de todo, el propio Hairo se volvia una leyenda de los mundos que recorria.

Y a pesar de querer de defender la filosofia del gris, me fui aferrando a màs y màs cosas. Creì en la amistad y en el amor eterno; y aun de vez en cuando me escucho diciendo que mis amigos siempre estarian alli, que todo lo demas se iria pero ellos siempre serian mi equipo confiable, que no necesitaba ni aceptaba a nadie mas. Pero la vida ah puesto distancias, y me ah echo decir muchos mas adioses silenciosos de los que el orgullo quiera mencionar.

Respecto al amor eterno... aun no se si creo en esto o no... aun no perdono dejar que el amor muera, pero los hechos tienen que admitir que hasta lo mas puro puede ser corroido. Es simplemente naturaleza humana, no hay culpables ni tragedias, asi como nadie es perfecto.

Todo puede cambiar en un parpadeo, como la arena que se lleva el viento, pues somos arena en el universo...

Quizàs, nuestra unica opcion de eternidad; sea el instante que no se repetira jamas en la existencia, el instante que define todo y nada, aquel segundo en que se cruzan miradas mientras estrellas viajan a años luz.

Quizas nuestra unica opcion de eternidad, sea dejarnos arrastrar por esos vientos cosmicos, no aferrarse a nada sino al segundo actual; hacer relevante nuestra efimeridad (?)

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